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La rebelión de los Mohawks · Kanesatake y Kahnawake (Québec, Canadá), 1990

Las fotos fueron tomadas en 1993, pero la visita a esta comunidad india de Mohawks de Kahnawake la hice movido por la curiosidad a raiz del levantamiento de primavera-verano de 1990 que, aunque tuvo muy poca repercusión en los medios españoles, probablemente alguno todavía recordareis las fotos de los indios -o nativos americanos, como ellos prefieren que les llamen- por los bosques con sus M-16, AK-47 y otras armas.

Todo había empezado -como es habitual en este tipo de incidentes- por una disputa de terrenos. El Ayuntamiento de Oka (muy cerca de Montreal) había decidido ampliar un campo de golf, para lo que contaba con el permiso de los dueños de los terrenos, pero los Mohawks de Kanesatake entendían que ello invadía en parte un antiguo cementerio indio -no el de la primera foto, datado entre los siglos 8 y 10, que pertenece a Kahanawake y nada tuvo que ver con el origen de la disputa-

La situación se fue tensando hasta producirse un enfrentamiento armado entre la policía y los Mohawks de Kanesatake en el que resultó muerto un cabo de la policía, además de la pérdida de varios vehículos. Esto provocó un movimiento de apoyo unánime de toda la Nación Mohawk e incluso de alguna otra tribu. Los de Kahnawake, en solidaridad con sus vecinos, decidieron ocupar el puente Mercier en Montreal.

Después de un fuerte bloqueo por parte de los diferentes cuerpos de policía, todo acabó con una solución negociada. Al final el único que ganó algo fue el dueño del pinar donde se pretendía ejecutar la ampliación del campo de golf.

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Tres años después todavía quedaban señales de la trifulca. El grafiti «we will remember» tiene muchas connotaciones, ya que hace un guiño al lema de la provincia de Québec -que es francófona- cuyo lema es «je me souviens» . Los Mohawks dicen RECORDAREMOS (en inglés) donde los quebecoises dicen RECUERDO (en francés).

El lema «je me souviens» aparece en el escudo de Québec, en las placas de matriculas de los coches e incluso es utilizado de forma revindicativa por una parte de la población de Québec -que cuenta con un fuerte movimiento independentista, aunque nunca han conseguido ganar un referendum-. De ahí el especial significado que adquiere el grafiti de los Mohawks.

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Un pequeño promontorio de piedras, la señal de STOP –«ARRET», ya que estamos en Québec y allí el francés se defiende a muerte- y la bandera Mohawk marcan los límites de Kahnawake, a no muchos kilómetros de Montreal y tampoco lejos de Oka. En la caseta hay un guardia de la comunidad india -la palabra reserva no les gusta demasiado- quien en última instancia decide si pasas o no. Normalmente pasa todo el mundo, ya que el juego además de la venta de material informático, tabaco y combustible libre de impuestos son su mayor fuente de ingresos… al final «la pela es la pela», incluso para los indios más belicosos.

Por desgracia, al igual que en todas estas últimas «fotos antiguas» que he publicado, algunos negativos están en mal estado de conservación.

5 thoughts on “La rebelión de los Mohawks · Kanesatake y Kahnawake (Québec, Canadá), 1990

  1. 1. Esta claro que los indios ya no son ño que eran. Cambiaron el caballo por la ranchera y el arco y las flechas por los AK

    2. Aquí al lado en Moaña también hubo lío por los terrenos del campo de golf pero no están tan bien organizados como los Mohawks.

    3. Me siguen gustando las fotos escaneadas, conservan ese tacto a foto antigua que poco a poco desaparecerá.

  2. Muchas veces he pensado en los indios, desde luego que ya no son lo que eran. Pero lo de menos es la adopción de los avances tecnológicos.

    Ahora mismo la mayor parte del indios adultos han visto como sus padres y sus abuelos han podido vivir sin dar un palo al agua, por el mero hecho de residir en la reserva.

    Creo que esto ha afectado más negativamente a su sociedad que todas las crudas historias de guerras, batallas y exterminio. Han creado una sociedad realmente complicada, donde el alcoholismo alcanza cotas increíbles.

    Yo por el Morrazo nunca he visto indios, pero si plumas y flechas… así que cualquiera sabe lo,que te puedes encontrar en aquellos montes 🙂

    Respecto a los negativos, lo que más me fastidia es el mal estado en el que encontré algunos. Pena no haber podido, o decidido, empezar antesn con el escaneado.

    1. En un documental que vi hace poco -creo que por el National Geographic- hacían un montaje «casero» para digitalizar con una calidad excepcional: fotografiaban uno a uno los fotogramas de la película con una cámara digital.

      Para ello sólo hacía falta un trípode, un pequeño montaje para el arrastre de la película y una pequeña lámpara halógena para la iluminación posterior de los fotogramas… y, por supuesto, muchísima paciencia.

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