Hace tiempo que el pequeño Nicolás aprendió a reconocer los dientes de león donde quiera que crezcan. Desde entonces nunca se cansa de encontrarlos y juega a soplar esparciendo sus semillas al viento.
Mientras lo observo cámara en mano, pienso en decirle: -¡Pide un deseo! Pero en realidad lo pido yo… no sea que me vaya a inundar la casa de chocolate.
Esos mofletes me los comería a todas horas.
Esta foto la pongo en el pc del curre.
Gracias papi!
Mira tú por dónde encontré una forma de que te dejases ver por aquí. Un beso y de paso, pide un deseo tú también.
Qué cara más simpática ha puesto Nicolás!
Esos dientes de león hacen las delicias de los niños, no conozco a ninguno que no se deje arrastrar por la tentación de soplar y pedir un deseo. Y algunos mayores les acompañamos!!!
Antes de que llegase este pequeño de los mofletes, yo me reservaba todos los dientes de León para mi.
Ahora me encanta observarlo a él y es como si los soplase yo.
Un beso Nuria.
yo tambien me uno a los mofletes de Nicolas,esta para comerselo ademas esa cara de pillo no la puede disimular.
Todos hemos soplado en algun momento y hemos pedido los famosos deseos espero que algunos se nos hallan cumplido¿verdad?
De momento, los míos TODOS. ¡Bueno no!… me falta la LEICA M, pero eso puede esperar.
Me lo comooooooo!!!!
Querida V ¡Ponte a la cola!
Fantástico retrato. Muy natural y espontáneo
Con los niños es más fácil Ramón, lo difícil es lograr un retrato así con un adulto.
Me alegra verte por aquí, un abrazo
jmarior
Se ve que le puso ganas al pedir su deseo..qué concentración!!
Preciosa foto Mario..
Lo pillé in fraganti… gracias M.
Qué magia tiene esta foto, me la pido !!! ese en mi deseo.
Gracias Pilar ¡concedida!. Te diré que solo fue cuestión de estar en el momento justo con la cámara en la mano.