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Si vas a fotografiar en el agua considera que las reglas de la fotografía cambian. Esto va desde la indumentaria a los preparativos del equipo fotográfico y por supuesto en adaptarse a las nuevas las condiciones de la toma.

Prepárate para fotografiar en el agua

Como vas a estar bastante tiempo nadando o buceando y tendrás las manos ocupadas con la cámara, unas aletas se hacen imprescindibles. Además, dependiendo de la temperatura del agua, considera ataviarte con prendas de neopreno para mantener el calor.

Conviene practicar a contener la respiración en tierra. Las tomas a pulmón bajo la superficie requerirán tus mejores cualidades de apneísta. Cuanta más práctica, más se aguanta.

Para fotografiar en el agua deportes como el surf, mejor protegerse un casco. Un golpe de tabla en la cabeza puede enviarte directamente al fondo.

Prepara tu cámara

Averigua a qué controles tendrás acceso en el agua. Si tu cámara va encapsulada en una carcasa estanca, quizás no puedas tocar todos los botones. Recomendable preconfigurar el autofoco en modo servo y como vas a fotografiar muy de cerca, lo mejor será un objetivo con distancia focal angular.

Monta una tarjeta de memoria de gran capacidad y formateada. Instala también una batería completamente cargada. Ten en cuenta que durará menos si la temperatura del agua es fría.

Cierra la carcasa estanca o las tapas de tu cámara sumerjible con tranquilidad y revisa dos veces cada cierre. No quieres ahogar tu cámara ¿verdad?.

Fotografiando en el agua

Sobre el agua tendrás a menudo gotas pegadas al objetivo. Si lo limpias justo antes de entrar al agua, las gotas resbalarán mejor.

Bajo el agua cualquier burbuja puede robarte el foco y en el mar es muy frecuente encontrar partículas en suspensión que disminuyen notablemente la visibilidad, esto afecta a la nitidez y profundudad de la escena.

¿Qué más te puedo decir? Pues sumerje tu cámara y prueba muchas veces. No te rindas hasta que logres la foto que estabas buscando.

Dos azules tras las burbujas

Haciendo pruebas bajo el agua de una piscina de verano, probé a disparar apuntando la cámara hacia la superficie. Pronto se revelaron dos azules cautivadores tras las burbujas que me dieron más motivos para entregarme a mi nueva obsesión por la luz.